Deportivo Argentino da pelea

No se resigna Deportivo Argentino a pelear por el título, no le quiere facilitar nada a su clásico rival, Juventud Unida, en su camino al título, y mientras los números den, en el Depo mantienen las esperanzas.
Esta tarde en el adelantado de la novena, Deportivo Argentino volvió al triunfo después de tres fechas sin ganar y lo hizo de manera contundente ante un Deportivo 17 que acumuló su tercera derrota consecutiva.
En el primer tiempo, el local jugó al ritmo de Diego Marinoni, bien plantado en la mitad de la cancha junto a Aldo Culasso, el experimentado jugador no sólo se ocupó de recuperar cuanto balón pasaba por el medio, sino que su faceta más importante se vio en la creación de juego, buscando siempre las subidas de los laterales, y de vez en cuando, sorprendiendo con pases verticales para Silva.
En ese sentido, se puede decir que los mediocampistas locales prevalecieron sobre los visitantes, y si uno lo lleva al plano individual, el mano a mano entre Marinoni y Ortíz, fue ampliamente ganado el jugador de Deportivo Argentino.
El marcador se abrió en el primer tiempo, una pelota alta cerca del área, Silva fue a buscar el pique y pasó entre dos defensores que sólo vieron cómo el delantero corrió con el balón y definió mano a mano ante Lucas Bustos. El local plasmaba en el resultado la diferencia que mostraba en el juego.
En la segunda parte, el conjunto colono intentó proponer algo más y ganó unos metros en el campo de juego, curiosamente ya sin Maxi Férnandez, quién había la cancha en el entretiempo por un tirón, y con Ángel Candia un poco más retrasado, casi en la función de volante central, siempre manteniendo su estilo ofensivo. Cuando la visita buscaba hacer pié en el partido, llegó el segundo de Deportivo Argentino a través de Aldo Culasso. El profe le daba aire a su equipo y empezaba a sentenciar el pleito, algo que haría minutos más tarde, con el segundo en su cuenta personal. Sobre el final, Deportivo 17 inquietó el arco de Ariel Troya, pero el triunfo local no corría peligro.
El 3 a 0 marcó la diferencia que hubo entre un equipo que planteó una idea de juego, ganando el mediocampo y proponiendo siempre con las proyecciones de los laterales, y otro que no pudo hacerse dueño del balón, ni encontrar los mejores caminos para ocasionar jugadas de peligro de gol.